Itzabella (Del blog Detrás de la Tecla) 20. Febrero.2014

Me ha gustado mucho el estilo de Leo Mazzola. Es fluido, claro y obviamente, adulto. Y voy a detenerme un poco en este punto. Las novelas eróticas que he leído hasta ahora tienden a balancearse en uno de los siguientes extremos: O bien hacen uso de un lenguaje sumamente romántico –casi hasta rayar lo empalagoso-, o utilizan, a fin de ser directas y sin tapujos, palabras que se vuelven obscenas y hasta vulgares.

Pero Leo Mazzola, más específicamente, su protagonista “Alejandro” rompe con todos esos esquemas. Ha sido sumamente interesante descubrir esa parte del hombre que en más de una ocasión una piensa que no tienen y que sin embargo está allí, solo que no la demuestran de la misma manera que una mujer. Por más extraordinario que parezca, este libro me ha servido para entender un poco más la mente masculina, además de darme cuenta, al mismo tiempo, lo ridículas y absurdas que podemos llegar a ser las mujeres, a veces por malinterpretar comentarios, pero otras porque simplemente nuestra mente funciona distinto a la de ellos.

He disfrutado mucho leyendo a Leo Mazzola, y espero pronto enterarme de cómo continúa la historia de Alejandro. Sin duda, una novela de erótica diferente, La descripción es súper detallada y en los encuentros y/o recuerdos sexuales lo maneja muy detalladamente sin perder el ambiente erótico y sensual.

Los recuerdos de su adolescencia, conforme va avanzando la historia, me fueron atrapando para conocer más de Alejandro y de sus mujeres.

Esta es una historia madura, que desde el punto de narración masculino nos narra una vida de pasión, soledad y amor. Me sentí identificada en momentos con Alejandro sobre la soledad y nostalgia y sobre la sensación de “placer sin amor”. Este libro lo recomiendo si te gustan las historias eróticas, un poco explicitas, un poco fetichistas pero sobre todo maduras, de amplio criterio. Gracias a Leo Mazzola por darme la oportunidad de leer su libro.